"El Estado tiene la obligación de fortalecer capacidades para combatir incendios": UNGRD
Carlos Carrillo, director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, habló sobre la preocupante situación de los incendios forestales en Colombia y las medidas para hacer frente a emergencia.
El rugir del fuego se ha vuelto el siniestro protagonista de los paisajes colombianos en esta temporada seca. Los incendios forestales avanzan como una amenaza implacable, devorando hectáreas de tierra, devorando vida. En "Noticias de la Mañana", Carlos Carrillo, director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, ofreció un análisis profundo de la situación actual, señalando los retos y las falencias de un sistema que aún tiene mucho por aprender del fuego.
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Con un tono que denota preocupación, Carrillo explicó que, 31 incendios permanecen activos en distintas regiones del país, siendo Tolima y Cauca los departamentos más castigados por las llamas. A pesar de los esfuerzos, reconoció que el Estado está lejos de tener las capacidades necesarias para enfrentar una crisis que, en sus palabras, ha llegado "para quedarse". No se trata solo de apagar incendios, sino de combatir un monstruo más grande: el cambio climático.
"Se han desplegado todos los recursos disponibles", aseguró Carrillo, aunque no ocultó que es necesario fortalecer la infraestructura y el apoyo a quienes luchan en la primera línea de fuego: los bomberos. En su declaración, hizo eco de una verdad dolorosa: en Colombia, muchos cuerpos de bomberos están conformados por voluntarios, héroes anónimos que, sin el respaldo que merecen, arriesgan sus vidas en una batalla desigual. “Hay una deuda histórica con los bomberos de Colombia”, admitió, resaltando la precariedad de estos equipos en muchos municipios del país. "Pero pese a esa deuda, ellos están haciendo un trabajo extraordinario".
Hasta la fecha, se estima que alrededor de 9.000 hectáreas han sido consumidas por el fuego. Las imágenes de árboles convertidos en cenizas y fauna huyendo despavorida son el rostro visible de una tragedia que, según Carrillo, podría empeorar si no se actúa con contundencia. Para enfrentar esta emergencia, la Fuerza Aérea se ha sumado a los esfuerzos, y junto a otros actores clave, se trazan estrategias para frenar la devastación. Sin embargo, la amenaza no proviene únicamente de la naturaleza.
Uno de los puntos más alarmantes de la entrevista fue la mención de incendios provocados, una práctica criminal que, en medio de la catástrofe, añade una nueva capa de indignación. Carrillo fue enfático en su llamado a la responsabilidad: "Se necesita una sanción ejemplar para quienes cometen estos actos". En el Huila, por ejemplo, la Defensa Civil ha denunciado casos graves que sugieren que las llamas, en algunas zonas, no son obra del azar ni del clima, sino de la mano humana.
La realidad de los incendios forestales en Colombia es angustiante. Sin embargo, en medio de la desesperanza, se implementan medidas de prevención y atención, y el país entero debe asumir su rol. Porque el fuego no distingue fronteras, ni colores, ni ideologías; y solo con el esfuerzo conjunto de las autoridades, los bomberos y la comunidad será posible detener su avance.
Carrillo cerró su intervención con una advertencia que resuena como un eco entre los paisajes ennegrecidos: "La crisis climática llegó para quedarse". Hoy, más que nunca, se hace evidente que la prevención, la legislación y la acción conjunta no son solo necesarias; son urgentes.